De las promesas a los hechos: Dar prioridad a los derechos humanos en los objetivos del desarrollo del milenio
Autor
Amnistía Internacional
Resumen:
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) son hasta la fecha la iniciativa mundial más prominente
destinada a erradicar la pobreza. Los ODM están recogidos en la Declaración del Milenio, adoptada hace 10
años por todos los Estados miembros de las Naciones Unidas (ONU), y representan el compromiso, suscrito al
más alto nivel político,de convertirlas grandes esperanzas y ambiciones de la Declaración del Milenio en
mejoras reales para las vidas de las personas que viven en la pobreza. Sin embargo, a medida que se acerca el
final de los plazos fijados, existe un peligro muy real de que se incumplan las metas de los ODM en varios
ámbitos.Amnistía Internacional cree que las normas de derechos humanos –y la obligación de los gobiernos
de cumplirlas–deben ocupar un lugar centra lde las iniciativas emprendidas en el marco de los ODM a fin de
que se cumplan las promesas hechas en la Declaración del Milenio.
Se enuncian una lista de temas, que deben tener en cuenta los Estados al bordar los ODM, entre ellos se encuentran la rendición de cuentas y la garantía de derechos básicos tanto económicos y sociales, como civiles y políticos:
Los Estados tienen la obligación de respetar,proteger y cumplir los derechos civiles,políticos, económicos, sociales y culturales. Es de vital importancia hacer rendir cuentas a los gobiernos que no cumplen sus obligaciones. Los esfuerzos destinados a lograrlosODM han de incorporarmecanismos eficaces y accesibles, tanto en el ámbito nacional como internacional,de modo que las personas puedan reivindicar sus derechos y hacer rendir cuentas a los gobiernos.
Todas las iniciativas relativas a los ODM deben ser coherentes con las normas y obligaciones de derechos
humanos,incluido elprincipiodeque losEstados, amenosque sea absolutamentenecesario,nodebentomar
medidas regresivasquepuedaninvertir elprogreso alcanzadohacia laplena realizaciónde losderechos (por
ejemplo,la adopcióndepolíticasdedesinversión,que reducenel accesode la gente a servicios sociales
esenciales).
Los Estados deben también poner en marcha mecanismos destinados a vigilar las iniciativas
sobre losODMpara garantizarqueno ocasionanviolacionesdederechoshumanos.
La exclusióny ladiscriminaciónsiguensiendo factoresdepesoque impulsany agudizanlapobreza.A
menudo son barreras al acceso de las personas a servicios,recursos y programas y socavan los esfuerzos por
abordar la pobreza.El derecho a no sufrir discriminación es un principio central del derecho internacional de
los derechos humanos, consagrado en diversos tratados internacionales.
Las leyes y las prácticas deben garantizar que el disfrute pleno y equitativo de los derechos llega a todas las personas,incluidos los miembros de los grupos marginados o excluidos.
Asimismo, es crucial que todas las iniciativas emprendidas entorno a los ODM reflejen los compromisos suscritos por los Estados hacia los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género. Estos esfuerzos deben centrarse también en la experiencia de pobreza de las mujeres y abordar la discriminación y otras violaciones de derechos humanos sufridas por mujeres y niñas, que impulsan y agudizan la pobreza.